Minabo

El refranero español, en su infinita sabiduría, tiene una enseñanza distinta para cada momento y aspecto de la vida. Sabemos que trae buena suerte madrugar, que las sartenes y los cazos tienen más en común de lo que creemos y que lo correcto es saber agradecer la ayuda que nos han brindado. Pero si eres una hortaliza, cobra especial relevancia eso de “cada uno recoge lo que siembra“.

Y es que cualquiera que tenga un huerto, o algún tipo de planta en casa, sabe que todos los cuidados del mundo se antojan, a menudo, insuficientes. Puedes ponerle cariño, pero hay otros factores que influyen, como el clima, la luz solar o la calidad del agua. Algo similar pasa con las relaciones sociales y el esfuerzo que supone preservar los vínculos existentes con quienes más nos importan, un aspecto sobre el que han querido indagar desde DevilishGames con su próximo título: Minabo.

Verde que te quiero verde

Si dejamos a un lado el chiste fácil, lo cierto es que el juego que nos ocupa pretende llevarnos al huerto de una manera un tanto más verde y natural, esto es, siendo un nabo. Así, nuestro nacimiento será el pistoletazo de salida a una vida de desenfreno. Desenfreno dado que en cuanto surjamos de la tierra no habrá vuelta atrás, tendremos que hacer camino al andar y, lo que es más acuciante, forjar lazos que nos permitan mantener nuestras necesidades cubiertas.

Porque de nuestras barras de necesidades dependerá no solo nuestro estado de ánimo, sino también nuestra esperanza de vida. Nadie imagina la vida sin su círculo de confianza, sin alguien a quien poder contarle las penas y sin un abrazo de cuando en cuando. Por eso, DevilishGames ha tenido en cuenta lo más básico que nos proporciona una vida plena y feliz y lo ha aplicado de modo que prosperar resulta sinónimo de superar obstáculos, tal y como pasa con los desafíos cotidianos a los que nos vemos abocados en nuestro día a día.

Mirando las necesidades, nos damos cuenta de que las tres tienen algo en común: están relacionadas con nuestro lado más social. Como consecuencia, para conservarlas al máximo, habrá que interactuar con los nabos que nos rodean, que podrán aceptar o no nuestro buen hacer en función de sus barras vitales y del tipo de relación que tengamos. Aun con todo, la suya no será la última palabra, ya que si no llegamos a entendernos, podremos pedir perdón o hacer una buena peineta.

Desde familia hasta mejores amigos o enemigos, el grado de relación nos afectará positiva o negativamente, por lo que si queremos cuidar de nosotros mismos, también hemos de procurar que el resto de nabos estén satisfechos y evitar que nos importe un pimiento sus sentimientos.

A mi manera

Como todo ciclo vital, en Minabo nacemos, crecemos y morimos, pero no siempre nos reproducimos. Por una parte, el paso por cada una de las etapas resulta inevitable, pues el tiempo no perdona a nadie. De esta forma, nuestro nabo irá creciendo y ganando una serie de habilidades dependiendo de nuestro comportamiento durante cada etapa evolutiva, hecho que se traduce en ganar efectos que van desde facilitar los romances hasta hacer que las necesidades de otros nabos con quienes tengamos relación bajen más despacio.

Y por otra parte, tenemos total libertad para decidir vivir nuestra vida conforme prefiramos, decidiendo con qué nabos queremos prosperar, incluso siendo una elección el tener retoños o no, y qué hacer en caso de que nazcan. Si reflejamos esta opción es precisamente porque en esta primera demo se nos presenta una serie de objetivos a alcanzar para darle sentido a nuestra existencia, como son tener un hijo, enamorarnos dos veces y vivir más de 60 años.

No obstante, en la versión final, además de un modo con 25 misiones y sus consiguientes objetivos, podremos disfrutar de una vida sin pretensiones ni limitaciones en la que encontraremos coleccionables tales como gorros y otros objetos. Estos ítems modifican atributos como con quién podemos emparejarnos, el efecto de las estaciones en nuestro estado de ánimo o la disminución de la esperanza de vida, entre otros, lo que nos ofrecerá la aplicación de diversas estrategias para vivir acorde a nuestros principios.

Finalmente, pero no menos importante, también nos esperan los rábanos tras el lanzamiento del juego. Estos harán las veces de mascotas y nuestra interacción también satisfará nuestras necesidades, permitiéndonos, si queremos, mandar a pastar al resto de nabos.

Es un ciclo sin fin

Con todo un abanico de posibilidades, este primer vistazo a Minabo conforma una primera toma de contacto con la vida de una hortaliza, que a todas luces parece no ser tan distinta a la nuestra. Vivir bajo el sol cogiendo nutrientes de la tierra parecía fácil hasta que nos damos cuenta de que, en ocasiones, sembrar vientos es más fácil de lo que creemos. Por suerte, siempre nos quedará hacer las paces con un poco de perseverancia y atención.

Gracias al llamativo estilo de Minabo y a su envolvente acompañamiento musical, la partida pasa en un suspiro y siempre nos quedamos con ganas de más. Por tanto, volver a nacer significa seguir el camino para aprender a construir los vínculos de una manera más representativa y que eche raíces en nuestra existencia y en la de los demás. Y quién sabe, quizá esta suerte de simulador social nos enseñe alguna que otra lección para aplicar en nuestras relaciones a partir de ahora.

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