The Wreck

Si reflexionamos sobre la muerte, la principal angustia para la gran mayoría no se halla en el instante en sí, sino en qué ocurre justo antes de afrontarlo. ¿Cómo será ese último hálito? ¿Tremendamente amargo o un espacio de consuelo que permitirá vislumbrar, aunque sea solo por un segundo, qué sentido tiene la existencia?

En algunos casos, vemos toda nuestra vida pasar. Nuestros recuerdos se agolpan recorriendo nuestra mente en tan solo unos instantes… Lo que por el momento parece una incógnita es si esos recuerdos son felices o bien se trata simplemente de momentos aleatorios que recupera nuestra mente.

En las historias sobre los últimos instantes en la ficción, la variedad de enfoques es enorme. Es lógico porque, en realidad, la muerte es algo constante en la sociedad y las familias, de modo que forma parte de la vida misma. Sería tonto intentar eludir el misterioso tema de la muerte sólo porque es algo nunca querríamos que existiera. En el caso de The Wreck, una novela visual en 3D protagonizada por Junon, una guionista cuya vida está patas arriba tanto laboral como emocionalmente hablando, esta refleja muy bien lo que la mayoría podríamos sentir frente a ese momento inevitable ante el que sentimos terror.

Un enfoque de la ficción a la ciencia que también se atreve a abarcar temas como la importancia de la sororidad, los cuidados para pacientes terminales y la necesidad de aceptarse a uno mismo.

Bucles temporales en la vida

Los bucles temporales son historias que se cierran sobre sí mismas. La Teoría de la Relatividad General concibe que las así llamadas líneas de universo, que recogen la trayectoria histórica de una partícula en el espacio-tiempo, puedan cerrarse en algún momento sobre sí mismas

Si hipotéticamente cayéramos en uno de esos bucles temporales, en algún momento nos encontraríamos en otro espacio-tiempo y viviríamos una y otra vez las mismas historias, tal como ocurre en la película de ficción El día de la marmota. En esta película, un meteorólogo de la televisión de Pittsburgh queda atrapado en uno de esos bucles mientras cubre el evento anual del Día de la Marmota en Punxsutawney, Pennsylvania.

Algo similar ocurre en The Wreck, con nuestra protagonista tratando de sobrevivir al día más crítico de su vida en un bucle constante. A este respecto, reviviendo el pasado, alterando el presente y aceptando el futuro, o bien contemplando cómo la historia que nos ocupa acaba en siniestro total, literalmente hablando. Pero, sobre todo, estamos delante de una obra que esconde como subtexto una formidable reflexión filosófica sobre el sentido de la existencia y la posición ética del sujeto ante el deseo y los otros.

Tanto es así que la repetición del día hace que todo lo que Junon haya hecho o dicho deje de estar inscrito en el mundo. El universo entero deviene un Otro dónde ella no puede hacer marca, haga lo que haga. Sólo puede inscribir diferencia en sí misma. Con lo cual, quedan separadas irreductiblemente dos memorias: la del mundo material y de los otros semejantes con los que tenemos trato y nos recuerdan, quedando en ellos alguna marca que nos representa, y la del propio jugador.

Como hacer las paces con uno mismo

Bucles temporales aparte, la máxima de la obra desarrollada por la gente de The Pixel Hunt reside sobre todo en la libertad de ser uno mismo. Porque en una sociedad donde imperan los juicios de valor, es importante la autenticidad, siendo importante conocerse bien y no tener miedo a indagar en nuestro interior.

Dicho de otra manera, tendemos a buscar la aprobación de los demás, encajar para que la sociedad nos acepte. Y aunque la autenticidad y lo diferente aún no tengan la visibilidad requerida, es importante aprender a dejar de compararse. Es importante aprender a cuestionárnoslo todo y a abrir los ojos ante la verdadera realidad, no ante aquella que otros quieren idealizar y presentar. Así, es posible hacer las paces con nuestro verdadero yo, deshaciendo todo lo que veníamos creyendo cierto y que nos ha hecho la vida difícil.

Y The Wreck nos enseña sobre todo a liberarnos de esta gran carga, de aprender de nuestros errores e ir convirtiéndonos en mejores personas. No somos perfectos. Esta es una afirmación que debemos tener clara en nuestra mente.

Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PC facilitada por The Pixel Hunt.

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