The Legend of Gwen

Las catástrofes son, desgraciadamente un punto de inflexión y, sobre todo, de partida en la vida de todo ser vivo. Abarcando una amplísima gama de pérdidas y argumentos, estos acontecimientos forman un buen contexto sobre el cual construir historias de ficción, ya sea bajo el pretexto de la venganza, de crecer como personaje o de buscar una ansiada reunión. En este sentido, encontramos ejemplos en películas como Men o Train to Busan, y en videojuegos como Chained Echoes o The Last of Us

En este caso, Wiwigames Studio se ha propuesto perseguir al villano con The Legend of Gwen, un juego en el que encarnamos a una brujita con ganas de dar mucha caña a una varita que, a causa del día fatídico, deberá aprender a usar de forma autónoma. En esencia, el título que nos ocupa alterna el plataformeo con una dosis de coleccionismo y contrarreloj que nos pondrá contra las cuerdas en más de una ocasión.

Sobre el oscuro abismo en que te meces

Tras unos primeros momentos de confusión ante el desconocimiento de dónde nos encontramos, la libertad de exploración por el entorno nos ayuda a situarnos y a saber, a partir de un par de viñetas, que hemos de superar una serie de pruebas para restablecer la paz en la escuela de magia en este The Legend of Gwen. 

A su vez, no tardamos en observar unos puntos clave que, al más puro estilo Super Mario, nos teletransportan a los distintos niveles de los que se compone el juego. Unos niveles que, a pesar de contar con escenarios en 3D, utilizan un avance lateral, puesto que podemos girar la cámara 90º hacia izquierda o derecha, pero siendo siempre fija y no regulable. A este respecto, debemos jugar mucho con los ángulos de la cámara si queremos llegar al final de la fase, ya que es frecuente perder la relación de la profundidad en el plataformeo.

Por otra parte, The Legend of Gwen se convierte en un título exigente desde el momento en que necesitamos recoger todas las estrellas distribuidas en la zona si queremos superar el nivel. Esto no sería algo por lo que preocuparse si existiera algún punto de control, pero dada la ausencia de este elemento, nos veremos en la obligación de recorrer toda la fase cada vez que caigamos al abismo –aunque sí conservaremos las estrellas recogidas hasta el momento–. No obstante, si gastamos todas las vidas que tenemos, perderemos el progreso del rincón concreto en el que nos encontremos.

Para facilitar un poco la evolución en el juego, en algunos momentos contaremos con habilidades extra que nos permitirán superar los obstáculos con mayor soltura –como es el caso, por ejemplo, de un movimiento “dash”–. El inconveniente de estos poderes es que no nos especifican cuáles son, por lo que es probable que al gastarlos por primera vez perdamos una vida en el intento.

No habrá paz para los malditos

Adornado con una música más bien ambiental y unos diseños al estilo chibi, The Legend of Gwen es una propuesta llamativa que, a lo largo de sus ocho mundos, nos hará odiar el paso del tiempo. Es cierto que dejar estrellas atrás nos impedirá tener éxito en la fase, pero no debemos perder de vista el reloj que marca los segundos restantes para llegar hasta el final. Dicho de otra manera, podemos finalizar sin haber abierto un cofre, pero no sin haber cubierto los requisitos dentro del período establecido.

De la misma manera, los enemigos inherentes a cada fase tampoco nos pondrán las cosas fáciles. Siendo unos más activos que otros, nos perseguirán como si su vida dependiese de ello; por suerte, nuestra varita mágica y un sencillo hechizo nos servirán de protección más que de sobra –siempre y cuando tengamos la suficiente habilidad como para esquivar los ataques contrarios–.

Hago chas y aparezco a tu lado

Detrás de una simpática apariencia, The Legend of Gwen esconde una jugabilidad desafiante que hará que recorramos los mismos píxeles una y otra vez hasta dar con la tecla correcta. La precisión con la que habremos de calcular algunos saltos y maniobras no hará sino aumentar cierta frustración por momentos, pero siempre nos pica ese gusanillo que nos hace volver a intentarlo, independientemente de que se hayan agotado todas las vidas. 

A su manera, el futuro de la magia depende de nuestra protagonista y de nuestra perseverancia a los mandos. Y aun resultando poco accesible, The Legend of Gwen consigue situarse dentro del terreno del entretenimiento y la curiosidad por seguir conociendo más tipos de niveles. Porque en ocasiones necesitamos un reto que nos ayude a sacar lo mejor, mientras dejamos la relajación para otro momento.

Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Nintendo Switch facilitada por Flynn’s Arcade Publishing.

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