Samurai Warriors 5

La gente cuando se siente poderosa se expande, se hace más grande. De alguna forma, sienten que son únicos. A través de la individualidad, Musou es un término japonés que viene a significar “el único” o “sin igual”. Ahora bien, si cogemos esto y lo tratamos de aplicar a los videojuegos nos encontraremos ante un género en el que un único héroe con unos poderes sobrenaturales  se enfrenta a hordas de enemigos. En cierta manera, los Musou son algo así como una ramificación de los hack and slash, puesto que también pasamos unas cuantas horas de acción desenfrenada machacando botones.

Sin embargo, el belicismo clásico de los Musou es único en su especie. Tanto que de alguna manera está ligado a la historia de Omega Force y la aparición de Dynasty Warriors, una franquicia protagonizada por avezados guerreros orientales en escenarios de uno contra mil y que recurre tanto a la acción estratégica como a la acción táctica. Y aunque no es menos cierto que su primera entrega fue un juego de pelea tradicional con un estilo muy parecido al de Soul Calibur, la secuela cambió las reglas del juego para siempre, convirtiéndose en una aventura de acción masiva. Tuvo éxito y el resto es historia.

Desde entonces, se han apostado muy fuerte por esta suerte de producciones, lo que se ha traducido en adaptar su fórmula estrella a las licencias con las que trabajan. De hecho, aprovecharon para crear Samurai Warriors como contrapartida al padre de los Musou, a este respecto, cambiando el relato chino de los Tres Reinos por un escenario ambientado en el periodo Sengoku. Una contrapartida que ahora recibe su quinta iteración numérica.

Acción desenfrenada y sin filtros: puro shōnen

En japonés, shōnen significa “chico”, un concepto que hace alusión a un hombre joven u adolescente cuyo rango de edad estaría entre los 12 y 18 años. En una demografía de manga y anime dirigida al público más joven, se trata de un género con grandes dosis de acción, fantasía, deporte, comedia y relaciones románticas teniendo como protagonista a un chico, aun cuando no es una norma escrita. De la misma manera, se centra en las emociones de los personajes, generando comúnmente relaciones dramáticas que ofrecen giros repentinos en la trama.

Y aunque Samurai Warriors siempre lo ha puesto difícil para tomarse con seriedad la parte más interactiva, esta quinta entrega es lo más parecido a un shōnen hecho y derecho. De hecho, se viste con unas galas que son toda una declaración de intenciones, apostando por un diseño artístico inspirado en el trazo de la tinta de un pincel sobre el papel. Un diseño en el que todos los personajes han sido realizados con un tipo de renderización no fotorrealista para hacer que parezcan que estén dibujados a mano. En pocas palabras, Samurai Warriors 5 se inspira en el anime y el manga por medio de la técnica cel shading.

De forma similar, el juego de marras explora varias formas de narración por medio de clichés comunes, previsibles y una deliberada falta de rigor histórico con respecto a lo que realmente pasó, pero que resultan necesarios para el desarrollo de una trama entregada a las alianzas y las traiciones. Todo ello bajo unas condiciones en las que los discursos largos, las sobreactuaciones y las escenas a cámara lenta conforman el resto de una oferta edulcorada que trata de negar la evidencia.

La única premisa es repartir estopa

Queda claro que Samurai Warriors 5 no viene a impartir lecciones de historia, ni tampoco lo pretende. Sus credenciales son otras que están entregadas a la espada mientras cumplimos una serie de  objetivos. Porque al final del día, estamos delante de un Musou y eso supone que vamos a estar batallando durante decenas de horas contra miles de oponentes. Si bien, no tendremos muchos problemas en plantarles cara, pues la agresividad de la que hacen gala los mismos brilla por su ausencia y, a la postre, se convierten en un acertado remedio terapéutico para combatir la rutina diaria en la vida real.

En cambio, hay un puñado de jefes que sí nos obligan a ser algo más estratégicos y jugar a la defensiva desde los primeros compases de la aventura. Quizá parezca un detalle menor, pero esta suerte de encuentros en estos lindes dan la posibilidad de poner en práctica un sistema de bloqueo que da mucha flexibilidad y que rompen con la monotonía de machacar los mismos botones compuestos de ataques débiles y fuertes. Acerca de eso, implica realizar un bloqueo en el momento justo en el que ataca el rival para dejarlo atontado y, de esta manera, realizar nuestros ataques más poderosos hasta que no quede nada de él.

Un interesante punto de partida

A lo largo de los años, los Musou han aparecido en las tiendas de todo el mundo a través de diferentes sagas/entregas y en todo tipo de plataformas. Por desgracia, al final del día, nos encontramos ante un subgénero de nicho que tiene su público fiel y que siempre ha ofrecido justamente lo que se propone. Samurai Warriors 5 no cambia esta realidad, pero tampoco es menos cierto que marca un buen punto de partida para que un público más amplio pueda unirse a una causa que tiene rectitud de ánimo y que procede con honradez en esto de las adictivas y espectaculares batallas multitudinarias.

Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de PlayStation 4 facilitada por Koei Tecmo.

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