Violett

Cuando pensamos en películas de animación, pensamos en niños, si bien, no son pocos los casos en los que la animación va mucho más allá y logra cautivar a todos los públicos. Los mundos de Coraline es uno de los primeros ejemplos que se me ocurren, pues a pesar de sus trazos, se trata de una obra que puede causar terror entre los niños y fascinación entre los adultos. Una obra que más allá de sus resoluciones artísticas, desmonta la superficialidad de las apariencias, lo inalcanzable de la perfección y la importancia del tiempo, su concepción y la relación que tiene con el espacio en las relaciones sociales. En otras palabras, es el recurso más valioso en la vida de cualquier persona.

Y aunque sería injusto comparar el trabajo de Henry Serlick y Neil Gaiman con el de Forever Entertainment, ya que tanto la protagonista como los padres tienen un enorme parecido, lo cierto es que Violett es una de esas aventuras gráficas que destacan por su particular ambientación, su inocencia y el poder de la imaginación. Una aventura llena de puzles, rompecabezas e incomprensión en el vínculo afectivo que nos retrotrae a experiencias de antaño.

El mundo de las maravillas

Pese a su fama, Alicia en el País de las Maravillas es uno de los cuentos fantásticos más incomprendidos que existen. Sin embargo, si algo tiene de bueno esta historia es que puede ser disfrutada tanto por el público infantil como el adulto gracias a la honestidad que exuda de principio a fin. Una honestidad que pone de manifiesto una ambientación constituida básicamente por brutalidad, oscurantismo y una extraña imaginería cuasi surrealista. 

Violett

Por supuesto, el colorido mundo de fantasía de Violett es también una extensión de lo que ya pudimos ver en el clásico de Lewis Carroll, uno que se percibe poco fiable si lo percibimos con los sentidos tradicionales. Durante los primeros compases, nada más escapar de la jaula, empezaremos a tomar contacto con un mundo de carácter preciosista, con un refinamiento casi exagerado en el lenguaje visual, en el atuendo y en las maneras. Empero, poco a poco nos va rodeando un ambiente mucho más enrarecido, turbador y tétrico, pues los personajes siniestros y oscuros que pueblan la parte más oscura de este mundo hacen saltar por los aires la imagen mucho más comedida y convencional que se había forjado nada más hacernos a los mandos.

En ese sentido, el cosmos que ha creado la gente de Forever Entertainment  es muy bonito y agradable a la vista.

Falta de claridad o transparencia

Hemos visto que la atmósfera está cuidada hasta el más mínimo detalle y que su planteamiento visual hace que se trate de un juego diferente dentro de un género que ya de por sí destaca por su originalidad. No obstante, uno de los principales encantos que encontramos en las aventuras gráficas es la falta de diálogos y la abundancia de rompecabezas donde todo es lógica. Por desgracia, la falta de claridad en las resoluciones de algunos puzles resulta un estorbo en muchos casos, dado que nunca se deja claro que es lo que tenemos que hacer para superar el desafío en cuestión.

Violett

Al final, el método de prueba y error es lo que nos sirve para encontrar las soluciones a los problemas que el juego nos presenta. No hay ni un mínimo de explicación de los elementos que conforman esta aventura, una situación que puede llegar a frustrar a cualquiera. Algunos son clásicos, otros un poco más rebuscados, pero todos tienen una solución, independientemente de que la lógica pueda brillar en ocasiones por su ausencia. Y a pesar de todo, Violett tiene un algo que atrae, algo que nos obliga a seguir y que nos inunda con una sensación de satisfacción en este mundo de fantasía tan imaginativo como original.

Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por Forever Entertainment.

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