Omen of Sorrow

Hay pocas satisfacciones en los videojuegos comparables a decapitar a tu enemigo, pero hay una serie que es mucho más que eso. A día de hoy, Mortal Kombat es una de las franquicias de juegos de lucha más importantes de la industria del videojuego, desde un primer título que vino de combinar una tecnología de digitalizado de imágenes para crear sprites, en lugar de dibujarlos de cero, con el género de lucha, hasta entregas más recientes que se encargaron de expandir a sus personajes a través de historias más complejas y con muchísimas posibilidades para que cada jugador utilice su estilo. 

De la misma manera, la saga de marras se define sobre todo por sus Fatalities, unos movimientos especiales con los que podemos rematar de una forma muy sangrienta a nuestro rival cuando lo hayamos derrotado, sometiéndose a una especie de humillación. Esto permitía dar un toque real y crudo, más oscuro que otros juegos de la competencia. Y aunque este Omen of Sorrow recuerda ligeramente a los Mortal Kombat, sobre todo si ponemos nuestras miras en el motor gráfico, su plantilla no podía ser más distinta.

La vuelta al mundo con los monstruos más populares

Inspirado en monstruos de historias de terror clásicas, el juego desarrollado por la gente de AOne Games, un estudio con sede en Chile, nos ofrece todo un mundo en la imaginación, desde hombres lobo y ángeles hasta súcubos y momias que forman parte del imaginario colectivo. En ese sentido, este Omen of Sorrow es mucho más cercano a Killer Instinct e incluso Darkstalkers, una de las sagas de lucha más olvidadas de Capcom en estos últimos años, pese a que la estética elegida es claramente occidental.

Sea como fuere, hay que tener claro que estamos delante de un juego independiente y que no busca competir contra ninguna de las franquicias antes nombradas. Dicho esto, Omen of Sorrow basa gran parte de su atractivo en ofrecer un sistema de combate muy tradicional basado en la habilidad del jugador, con diferentes combos para cada personaje y con un ritmo muy pausado. De la misma manera, si somos capaces de derribar al contrario podremos desbloquear una cinemática que representa el momento decisivo de su derrota, algo que recuerda de forma ineludible a la franquicia de NetherRealm Studios.

El Destino no está escrito

Ahora bien, uno de los elementos clave que atesora el título de lucha que nos ocupa, y también el más sugerente, es la inclusión de un sistema llamado “Fortuna y Destino” compuesto de dos barras y que favorece el juego ofensivo. Por un lado, contamos con una barra llamada Fortuna que se va llenando conforme atacamos y logramos imprimir un golpe en el rival, obteniendo así bloqueos ilimitados y combos por un periodo corto de tiempo. Por el contrario, si nos inclinamos al lado de la defensa, esto nos sume en un estado negativo hasta llenar la barra al máximo de Destino, impidiéndonos defendernos por unos segundos.

Más allá de la jugabilidad es donde más se nota la falta de recursos en Omen of Sorrow, puesto que hay un puñado de limitantes y ausencias en lo que a modalidades de juego se refiere. Por ejemplo, no contamos con la inclusión de un modo historia en la versión desarrollada para Xbox One, aunque teniendo en cuenta que la narración y su desarrollo no es nada del otro mundo, no se trata de una ausencia notable. En cualquier caso, hay que elogiar la valentía de AOne llevando a cabo un juego de lucha, un género que no es nada fácil de llevar, reverenciando su gran conocimiento de artes marciales y con personajes bien caracterizados y diferenciados.

Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Xbox One facilitada por EastAsiaSoft.

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