Erica

El negocio audiovisual ha expresado cambios constantes y graduales a lo largo del tiempo. Por un lado, aunque el cine y la televisión han ido modificando formatos y tecnologías, siempre ha adoptado un papel más egoísta centrado en transmitir la visión del director, manifestando su voluntad y sin poder cambiar nada durante el proceso. Los videojuegos, por otra parte, también ofrecen una experiencia concreta, pero en vez de crear un solo camino, aquí sí que atesoramos cierto control sobre algunos acontecimientos. Sea como fuere, hablamos de un medio que también ha querido parecerse cada vez más al celuloide, pues por medio de varios desarrollos tecnológicos, han estrechado el cerco en torno a la forma de querer contar una historia. 

Así fue como nacieron clásicos de culto como Dragon’s Lair, dado que en determinados momentos de una aventura que parece una película de animación, podíamos decidir el curso de la acción hacia una dirección en concreto. A pesar de sus limitaciones y una metodología amparada en el ensayo y error, el experimento que llevó a cabo Don Bluth abrió la veda para que el equilibrio entre la calidad cinematográfica y el grado de interacción volvieran a cruzar sus caminos. Y Erica, de Flavourworks, es una buena muestra de ello.

La importancia de las decisiones

Nuestra vida está formada por las decisiones que hemos tomado día tras día, desde la más pequeña e insignificante hasta la más trascendente y reveladora. No podemos escapar de tomar nuestras propias decisiones, puesto que el hecho de manifestar dicha indecisión, ya es una decisión en toda regla. Al contrario que otras aventuras narrativas, Erica nos arrebata el control que tenemos sobre el personaje, ya que su estructura y componentes interpretativos a la hora de desarrollar la acción son muy similares a lo que podemos ver en una película. En cambio, sí que podemos indicar el camino siempre que se nos dé la opción a partir de una serie de acciones integradas dentro de la propia narrativa.

Erica

Después de todo, la acción no depende de nuestra voluntad en esta ficción interactiva, no podemos retorcerla, sino que se ampara en el concepto de voluntad libre. Una ficción interactiva en la que de vez en cuando realizamos acciones físicas, una forma de decirnos que estamos jugando un rol primordial en cada contexto para que todo fluya, y que funcionan como engranajes de un motor. Un motor narrativo auspiciado por elementos que son sobradamente conocidos en la narrativa de suspense, desde un ritmo rápido hasta recursos como las pistas falsas, y que incluyen asesinatos, sanatorios y una necesidad imperiosa por mostrar lo que ocurrió en el pasado, pues este último es historia, mientras que el futuro un misterio por resolver.

Esta mezcla universal incita a que el jugador pueda experimentar una historia que a pesar de esta cargada de elementos bastante manidos dentro del género, mantiene intacto el interés gracias a la interpretación de Holly Earl, quien a través de sus emociones y una manifestación nada desdeñable de microexpresiones, nos comunica cómo se va sintiendo con respecto hacia nosotros mismos y hacia los demás.

Las prisas no resuelven los misterios

Erica intenta desplegar su virtuosismo narrativo para profundizar en los misterios, allá donde permanecen ocultos, esos que no se generan por falta de información, sino que nacen del poder de la imaginación. No obstante, el problema de la obra que nos ocupa es que está más preocupada por adoptar medidas fragmentarias y acabar presto con todo que en dedicar más tiempo a desarrollar las líneas maestras. Hay aspectos que se ven arrastrados o precipitados de una forma abrupta, y algunos de los misterios que apuntan a ser los más relevantes acaban no siéndolo tanto. Asimismo, se muestra incapaz de consumir líneas narrativas más complejas, independientemente de las decisiones que tomemos para llegar a uno de sus finales. En otras palabras, hay más por descubrir de lo que el juego realmente nos da. 

Erica

Sea como fuere, como experiencia interactiva, Erica consigue sacar a la luz un buen divertimento que brilla sobre todo por la curiosidad que despierta jugar una segunda vez y por su afán en promover la libertad que disponemos para llevar a cabo nuestras elecciones.

Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital facilitada por Neonhive.

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