Divination

La humanidad siempre ha buscado una forma de adelantarse a los acontecimientos. Cualquier mera esperanza de prever el futuro se ha antojado como un efímero hilo del que tirar en pos de anticipar lo que va a pasar. El fin del mundo, cómo vamos a morir y si nos va a tocar la lotería son solo algunas de las materias en las que el ser humano persigue dejar el presente a un lado y observar el futuro.

Obviamente, el fin no es otro que usar dicha información en beneficio propio, aun a costa de obtener unos datos de manera cuestionable y cuya utilidad, con toda probabilidad, brillará por su ausencia. Entre los métodos elegidos, cálculos matemáticos y adivinaciones varias con diversos objetos se llevan la palma y gozan de popularidad en eso de poner al destino contra las cuerdas. En este caso, Divination, de Mojiken Studio, pretende convertirnos en adivinos mediante una clandestina lectura de runas.

Un contexto en plena ebullición

Todo empieza con una rocambolesca escena en pantalla: el suicidio de una pintora. Y es que, a pesar de no aparecer ningún elemento explícito, lo que llama la atención es un cuadro de proporciones considerables en el que se retrata a Mother, una inteligencia artificial que gobernaba la ciudad manteniendo a raya todo acto indecente y que, a su vez, se suicidó también tres años atrás. Un hecho que puso patas arriba no solo la ciudad, sino la vida tanto de seres humanos como tecnológicos.

Ante tal panorama, los niveles de suicidio entre la totalidad de la población de la ciudad se elevaron a niveles alarmantes. En un afán por controlar la situación, el remedio pasó por acotar la voluntad de los robots delimitando sus acciones e impidiendo que estos se desconectaran para siempre, algo fácilmente aplicable a este colectivo, pero no tanto a las vidas de carne y hueso, tan frágiles e indefensas y a las que las leyes de Asimov son imposibles de imponer.

Sin demasiado margen de maniobra, las únicas opciones en el mundo de Divination pasan por resignarse a un devenir cargado de incertidumbre o por luchar contra un gobierno corrupto, expuesto por la mismísima Mother, y perseguir un nuevo orden social. Pero para demostrar quién manda no vale limitarse a las manifestaciones pacíficas, sino dar duros golpes que remuevan las entrañas del poder, independientemente de sacar a relucir un fanatismo extremo que acaba separándose radicalmente del propósito inicial.

Una situación social al borde del cataclismo y de la que no somos testigos en primera persona, sino a través de unas pantallas colocadas en puntos estratégicos de la ciudad. Puede que, en cierta manera, incluso, nuestra acción adivinatoria pueda estar contribuyendo a magnificar el caos de un entorno desmedido.

Divination: un grito de socorro por la salud mental

A pesar de ser un simple adivino, no se puede negar que nuestro protagonista goza de gran popularidad. Que su naturaleza sea un misterio –pues nadie sabe exactamente si es humano o máquina– no impide que tenga lista de espera y todo el mundo le considere como una divinidad. No obstante, deberíamos hacernos la siguiente pregunta: ¿realmente puede predecir el futuro o por algún motivo los individuos actúan partiendo de la adivinación como referencia? ¿Existe de verdad una voluntad factible sobre el libre albedrío en una ciudad podrida?

Sea como fuere, lo cierto es que Divination cuenta con varios finales, así como diferentes ambientes y matices de la historia, en función de nuestras predicciones. Todo comienza con unas simples preguntas para indagar sobre el contexto del cliente y que nos ayude a interpretar lo que nos muestran las runas. Unas runas que elegirán directamente las manos inocentes de quien tenemos al otro lado de la mesa, pero que cogeremos y ordenaremos nosotros con el fin de obtener la visión del futuro; un hecho que resulta clave para determinar el devenir de la partida.

Las visiones pueden sentar mejor o peor, dejando, en más de una ocasión, perplejos a nuestros clientes; pero si hay algo inamovible es el precio a pagar. Lejos de ser algo prohibitivo, el intercambio finaliza cuando el cliente narra el último sueño que ha tenido mientras dormía. Algo sencillo, pero que les deja expuestos a echar una profunda mirada sobre su psique. En cierto modo, es como ir a terapia, que es realmente lo que necesitan nuestros clientes. Acuden al adivino queriendo adelantarse a los acontecimientos cuando, en el fondo, lo que necesitan es a alguien que les diga que todo va a ir bien. En eso consiste, especialmente, la fragilidad del ser humano.

Mañana, y mañana, y mañana

Surcando las olas del destino, Divination nos invita a plantearnos qué sería de la humanidad, pero sobre todo de la tecnología, si no hubiera nadie que la guiara. Con la intención de hacernos reflexionar sobre los derechos de nuestros particulares hombres de hojalata, nos vuelve omnipresentes, conocedores de más información de la que estaríamos dispuestos a revelar, y eso nos convierte en alguien peligroso. Especialmente si tenemos en nuestro poder unas runas cambiantes y a las que nosotros mismos damos forma con la mera ayuda de nuestra primitiva intuición.

Todo en su conjunto resulta en un mundo distópico, un entorno hostil en el que difícilmente reinará la paz a causa del egoísmo de los humanos. Siempre se habla de la rebelión de las máquinas, pero evitamos buscar el origen de estas creaciones para no darnos cuenta de que las hemos hecho a nuestra imagen y semejanza. Evitamos mirar hacia nuestro propio interior para no ver los demonios que cargamos, por eso, en definitiva, nos sentamos a esperar un futuro más brillante.

Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital para PC facilitada por Eastasiasoft.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí