Ningún país está libre de pecado. Y nadie tiene las manos limpias. Hay muchos secretos desagradables que se esconden en la historia y el presente de cualquier país. Aunque resulte incómodo sacarlos a la luz, reconocer estos hechos poco agradables es el primer paso para resolver los problemas.
Crueldad y la violencia aparecen, en parte, por ciertas características psicológicas propiamente humanas. Pero no necesariamente de individuos carentes de escrúpulos o de sentimiento de empatía hacia los demás. También surge de individuos como nosotros. Las tendencias grupales que pueden llevar a que individuos normales puedan convertirse en ejecutores de las más crueles políticas criminales o genocidas han sido expuestas a través de dos famosos experimentos psicológicos.
Solo si estamos prevenidos y somos conscientes de este peligro, podremos evitar que se reproduzcan y alienten esos rasgos grupales que forman parte del lado oscuro de nuestra psicología.
Y juegos como Charon’s Staircase nos recuerdan las conductas tipificadas como asesinato, exterminio, deportación o desplazamiento forzoso, encarcelación, tortura, violación, prostitución forzada, esterilización forzada, persecución por motivos políticos, religiosos, ideológicos, raciales, nacionales, étnicos u otros definidos expresamente, desaparición forzada, secuestro o cualesquiera actos inhumanos que causen graves sufrimientos o atenten contra la salud mental o física de quien los sufre, siempre que dichas conductas se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque.
Mezcla de terror y misterio
A este respecto, mediante un juego de terror en primera persona en el que encarnamos a un agente, con el nombre en clave «Desmond», al que el Ministerio (una organización ficticia) ha encomendado la tarea de recuperar y destruir unos documentos clasificados que se encuentran en la hacienda Oack Grove y que revelan unos acontecimientos terribles que ocurrieron mucho tiempo atrás. Acontecimientos que han estado ocultos durante muchos años.
Un juego de terror en el que la ausencia de esperanza parece ser un rasgo característico. De la misma manera, el miedo es el vehículo para acrecentar la emoción hasta el desenlace fatídico en el que todo parece estar perdido y se descansa en un plácido estado, tras comprobar que ya no hay nada por lo que luchar. Una naturaleza hostil; varios entornos lúgubres y en decadencia; la culpa que nunca se limpia; y toda una inagotable variedad de sucesos que no parecen tener explicación, tanto del exterior como del propio inconsciente.
Dicho de otra forma, la obra desarrollada por la gente de Indigo Studios – Interactive Stories nos entrega una sucesión perfecta de los hechos. Un suceso subordina al otro: desde los primeros compases del juego, la situación emocional que presenta nuestro protagonista, hasta el final donde se descubre toda la verdad.
El poder de la narrativa inmersiva
Para la inmersión del jugador, es necesario que los juegos pongan de manifiesto un mundo ficcional verosímil y con coherencia interna, sin elementos que nos saquen de la realidad del juego. Lo más inmersivo es no mostrar ningún indicador de acción en pantalla, ni ningún tipo de indicador dirección, de forma que nos veamos obligados a explorar, aumentando así nuestro vínculo con el mundo que se nos presenta.
Esto se explica porque es necesario explorar los escenarios y buscar la salida sin ningún tipo de ayuda, salvo las indicaciones transmitidas en el diálogo y los eventos pre-escritos, despertando en consecuencia nuestro interés en la propia historia y la necesidad de seguir hacia adelante.
Y aunque está clasificado como un juego de terror, y lo es en parte, Charon’s Staircase camina en los límites de los videojuegos con el fin de ofrecernos una experiencia contemplativa y enfocada en contar una sucesión de eventos previamente diseñados, concernientes a una única historia, lo que implica una sola posibilidad de lectura correcta.
Atmósfera desasosegante y surrealista
En un ejercicio de gran belleza ludo narrativa llena de misterio y oscuridad, y amparado en unos rompecabezas que exigen al jugador planificación de secuencia de acciones, lógica, creatividad, observación, atención, etc, Charon’s Staircase mantiene en un perfecto equilibrio todos estos métodos, que se concitan los unos con los otros en la historia de la parte protagónica. Así, además de conocer la trágica verdad, los hechos se narran/juegan desde esa perspectiva fantástica y real, tocando al jugador discernir la dura verdad de la mentira dulcificada.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Xbox Series X|S facilitada por SOEDESCO.
