Broken Blades

Que las modas, los usos y las costumbres de la cultura popular son cíclicas es algo que no se le escapa a ningún observador. Tanto es así que a las producciones de la industria del entretenimiento con olor a fritanga desde su misma concepción, se suman corrientes específicas más o menos teledirigidas.

De hecho, uno de los homenajes más inesperados y a la vez más memorables es el que se hace a los juegos de rol clásico. Concretamente, al mítico Dragones y Mazmorras, en todos lados D&D. Ya  el nombre despierta ecos brumosos de diversión analógica y previa al boom de los videojuegos, pero es mucho más que eso: es toda una institución del entretenimiento, con múltiples ramificaciones y una influencia innegable en la cultura popular. Y sobre todo, es una forma de ocio que está volviendo con fuerza, encandilando a quienes la daban por inactiva desde hace tiempo.

La influencia de D&D en los videojuegos

Una prueba indiscutible de que D&D se ha convertido en un entretenimiento más abierto e inclusivo de lo que era en los últimos años, está en que ha ejercido una poderosa influencia no sólo en el ocio digital, sino en el mismo género de la fantasía, destacando el factor aleatorio que añaden muchas propuestas videolúdicas como Broken Blades, lo cual proporciona a la aventura cierta emoción e impredecibilidad. 

El resultado, dependiente del azar, además de la potenciación de nuestras habilidades, puede decantar los acontecimientos hacia el éxito o el fracaso. Y la obra desarrollada por la gente de Golden Eggs Studio y West Wind Games, un juego de plataformas 2D con elementos que hemos podido ver en numerosos roguelike y metroidvania,  es, de nuevo, un buen referente, dado que nos marca la probabilidad que tenemos de salir con vida dentro de un escenario lleno de peligros y recompensas.

Todas estas decisiones de diseño no tienen por qué afectar a la esencia del género al que representa este Broken Blades, ya que los roguelike acostumbran a ser títulos difíciles y repetitivos. En las primeras partidas que llevemos a cabo, se muere rápido y es complicado avanzar, pues se pierde todo lo ganado en las partidas anteriores. En cierta manera, esto debería ser muy adictivo, porque el jugador quiere superarse para llegar más lejos, además de que las partidas suelen ser cortas y es muy rápido empezar una nueva. 

Las fases de la progresión en los roguelike

Sin embargo, este ciclo de muerte y reinicio puede llegar a resultar algo frustrante para algunas personas, y aunque hay juegos como Hades que cuentan con modalidades en las que nos hacemos más fuertes después de cada partida, permitiendo así que el héroe de rigor llegue más lejos en cada intento realizado, independientemente de la habilidad que tenga, no es algo que se aplique de la misma forma en el título que protagoniza estas líneas.

En cierta forma, la progresión en Broken Blades avanza de dos maneras, una vinculada a la habilidad y progresión del jugador; la otra auspiciada por la recolección de pergaminos varios. Algunos nos permiten “domar” los enemigos a los que nos enfrentamos, mientras que otros nos dan la posibilidad de aumentar nuestro nivel de salud y el poder ofensivo, el cual además se ve beneficiado por un interesante sistema de artesanía. Un sistema que nos permite combinar fragmentos de espada para crear un arma más poderosa si cabe, pero también más difícil de dominar debido a su mayor peso.

Al final, depende de nosotros qué enfoque queremos adoptar en este Broken Blades, una mezcla de ideas que resulta en un roguelike entretenido.

Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Nintendo Switch facilitada por Ultimate Games.

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