Los videojuegos son una forma de entretenimiento que no ha hecho sino aumentar su popularidad hasta convertirse en una industria con millones y millones de dólares en su haber. Sin embargo, además de ser una forma de disfrute para personas de todo el mundo, también es un medio de expresión y una forma de contar historias involucrando activamente al jugador. En otras palabras, los videojuegos han introducido una forma completamente nueva de crear historias, pero su evolución a lo largo del tiempo ha sido gradual, y en ella han influido diversos factores: el cine, la literatura, la cultura de la época, y, sobre todo, la revolución tecnológica.
Por ejemplo, los japoneses inundaron el catálogo de las consolas existentes con lo que ahora llamamos JRPG: un tipo de juego de rol muy concreto y de códigos muy identificables. Un tipo de juego en el que compañías como Quintet también aportaron su granito de arena, especialmente con la “Saga del Cielo y la Tierra”.
Una saga que más allá de ofrecer reflexiones filosóficas acerca del bien y del mal, también abarca temas como el tiempo, no solo concerniente al paso lineal o literal del mismo, sino a lo que se ha perdido con el transcurrir de los años. Eso y la importancia del progreso, un concepto que indica la existencia de un sentido de mejora en la condición del mundo. Y si no os lo creéis, siempre podéis haceros a los mandos de dichas propuestas o bien sumergiros en la prosa de “QUINTET Y LA TRILOGÍA DEL ALMA”, de Chris Herraiz, un acertado ensayo sobre Soul Blazer, Illusion of Time y Terranigma, la Trilogía del Alma, también conocida como Saga del Cielo y la Tierra.
Un ensayo que pone de manifiesto la importancia de la desarrolladora japonesa anteriormente nombrada a la hora de plasmar aspectos como la creación del mundo, del florecimiento de la vida, y del papel, no siempre positivo, de los seres humanos en el ecosistema global.
El respeto por la naturaleza
Entre creación y resurrección hay una relación estrecha, profunda e indisociable. En efecto, la resurrección presupone la creación (sin vida previa no hay resurrección), y la resurrección encuentra su mejor fundamento en la creación: si Gaia puede dar vida una vez, ¿por qué no va a poder darla de nuevo? Mejor aún: si Gaia puede dar vida, ¿por qué no va a poder mantenerla? ¿Para qué se necesita más poder, para sacar vida de la nada o para mantener la vida en el ser? La mejor “prueba” de la resurrección (de la capacidad que Gaia tiene de dar vida) es la creación. De este modo, la creación aparece como una verdad llena de esperanza.
Y la “Saga del Cielo y la Tierra” pone de manifiesto como el concepto de Madre Tierra o, con el término de los antiguos griegos, Gaia ha tenido importancia a lo largo de toda la historia, sirviendo de base a una creencia que todavía existe junto a las grandes religiones. Y en vista de dicha importancia, además del amor que profesan los integrantes principales de Quintet por la naturaleza, lo tradicional y el mundo en sí, durante varias entregas, “QUINTET Y LA TRILOGÍA DEL ALMA” nos cuenta como dichas propuestas han tratado de jugar a favor de lo ya nombrado, defendiendo al planeta tierra y su conservación medioambiental.
Algo esencial para la supervivencia del ecosistema y su bienestar, así como para la evolución de la humanidad hacia prácticas más respetuosas y honorables con aquello que nos rodea, alimenta y abastece. La intención detrás del mensaje, por tanto, es la de mostrar a los jugadores lo hermoso e importante que puede llegar a ser el paisaje natural si se cuida y se valora y lo terrorífico que puede resultar el hecho de que sea destruido por la codicia del hombre, el ansia de poder, o la soberbia del ser humano. Por supuesto mostrándonos las respectivas consecuencias de las malas prácticas.
Quintet y la trilogía del alma: El ser humano, enemigo universal
Los terremotos o tsunamis son desastres naturales inevitables, contra los que nada se puede hacer más que empezar desde cero y reconstruir lo que ha sido arrasado. Sin embargo, las acciones del hombre, el más peligroso e insensato enemigo de la naturaleza, son las que aún a día de hoy y durante muchos años han ido interfiriendo en la evolución natural del paisaje, así como acrecentando al mismo tiempo su destrucción para fines completamente egoístas.
En otras palabras, el hombre, a través de la soberbia, la codicia y el ansia de poder ha sido el principal causante de la devastación de lo natural, sin importarle las consecuencias que sus actos generarían tanto en el medioambiente como en la población. Sus acciones han sido durante décadas la principal causa de este deterioro.
Lejos queda el respeto que el ser humano tuvo por la naturaleza, por lo que Quintet trata de hacernos ver cómo el hombre ha sido capaz de olvidar tal veneración (a excepción de unos pocos personajes) llegando a proceder de manera tan bruta e inhumana como podemos observar en obras como Illusion of Time o Terranigma, así como demostrando con la respuesta de Gaia y sus criaturas, que la naturaleza no se deja dominar tan fácilmente, sino que puede ser tan cruel como benévola y dar la vida tan fácil como la arrebata.
Porque al final, “Saga del Cielo y la Tierra” es una “trilogía” muy actual, además de universal, que nos habla sobre todo de como los seres humanos somos capaces de lo mejor y también de lo peor. A través de la historia hemos visto las grandes acciones guiadas por el amor, el altruismo y la abnegación. Pero así también hemos visto lo despiadados e inhumanos que podemos ser.
Después de todo, las personas somos muy buenas para detectar en otras varias características negativas, como la deshonestidad, el dogmatismo, la hipocresía y la superficialidad. Pero raramente somos capaces de aceptar esas mismas características en nosotros mismos. Estamos muy sesgados a nuestro propio favor y somos muy propensos a justificar nuestras acciones a toda costa. Y “QUINTET Y LA TRILOGÍA DEL ALMA” se encarga de recordarnos esto a través de sus páginas.
No somos, ni mucho menos, los únicos habitantes de esta tierra.
Esta reseña ha sido realizada gracias a un ejemplar físico facilitado por Héroes de Papel.