Desde hace más de mil años, el concepto del apocalipsis está presente en nuestras vidas, de ahí que haya personas que incluso tienen una mochila de emergencia por si el fin del mundo se acerca. Ya en el siglo XII, el pensador Joaquín de Fiore planteaba que aquel presente era un periodo de transición hacia el final del mundo. Situó la llegada del Anticristo y, por tanto, del apocalipsis, en 1260, que era la fecha que se obtenía de multiplicar 42 por 30, el número de años entre Abraham y Jesucristo.
Sin irnos tan allá, la civilización no ha dejado de tener presente el final de sus tiempos, sino hoy estaríamos hablando de propuestas que enganchan en general y no de obras apocalípticas en concreto. Por ejemplo, los finales de cada siglo siempre han tenido algo de apocalíptico. Las dos grandes guerras también fueron interpretadas por muchos como el final de la humanidad. Los primeros ensayos con armamento nuclear (a pesar de que servían como pasatiempo turístico en ocasiones) se percibieron como el comienzo de una era apocalíptica. Al igual que las tensiones de la Guerra Fría.
Es cierto que, sin querer asustar a nadie, muchos de los acontecimientos de los últimos años casi hacen parecer que se está gestando el fin de los tiempos. Desde el ataque terrorista del 11-s, muchos lo perciben como tal y siempre hay quien considera que el fin del mundo se desencadenará con algún tipo de guerra mundial. La guerra en Ucrania, el conflicto Israel-Gaza… Por otra parte, epidemias mundiales como el SARS, el MERS y el más reciente COVID-19 reflejan un apocalipsis viral.
La cultura popular ha querido reflejar eso y, así, muchas películas y series apocalípticas se han atrevido a hacer un retrato claro de cómo el mundo se enfrentaría a un evento apocalíptico y sus consecuencias. Escasez de recursos, los humanos pegándose los unos a los otros por sobrevivir, zombies como resultado de un virus incontrolable. Vamos, lo normal. Y no solo las películas y las series, también los videojuegos.
Videojuegos como Driveloop: Survivors, un survivors-like shooter en 3D en el que tenemos que enfrentarnos a oleadas de enemigos steampunk al mismo tiempo que mejoramos nuestro vehículo y reclutamos tripulación para sobrevivir. Un survivors-like de alta velocidad en ciudades postapocalíptica en las que viviremos la intensidad de la conducción táctica y el combate explosivo.
Sin freno de mano
Adictivo es, probablemente, el adjetivo más utilizado para definir Driveloop: Survivors. No es decir mucho y no es positivo per se, pero encapsula la principal sensación que emana del juego: suena manido decir que es de esos títulos que nos animan constantemente a ‘echar una partida más’, pero es que es la realidad. Buena parte de sus fortalezas persiguen esa intencionalidad, la de atraparnos para que juguemos una ronda detrás de otra; es un juego simple sólo en la superficie, porque tiene muchas decisiones conscientes que denotan el trabajo que hay detrás a nivel de diseño de niveles, visual y sonoro.
Y tal vez esa es la clave del juego que protagoniza estas líneas, que nada es casualidad.
¡Acelera tus emociones!
Los enemigos en pantalla se cuentan por centenares y cambian más veces de las que nosotros pestañeamos. Nuevas armas o complementos con los que aumentar loa atributos de nuestro vehículo. También está la opción de potenciar y subir de nivel esas mismas mejoras.
En cuestión de minuto y medio habremos creado un coche único. A una velocidad vertiginosa, las decisiones tomadas darán vida a una build diferente por partida y con cada muerte nos preguntaremos qué habría pasado de haber elegido otras armas y habilidades. Querremos volver a empezar de inmediato y antes de que nos demos cuenta ya estaremos enganchados a Driveloop: Survivors.
Estas impresiones han sido realizadas gracias a una clave digital de PC facilitada por Big Games Machine.