The Talos Principle 2

En el futuro probablemente nos tendremos que enfrentar a la idea de que no seremos los únicos seres con cierta complejidad de pensamiento. Es muy probable que en el futuro podamos tener un amigo o pareja robot. Puede que a nuestros animales los paseen seres de tejido sintético o que los médicos del futuro no salgan de las universidades, sino de las fábricas de programación.

Frente a esta nueva realidad, probablemente aparezcan 3 grandes posicionamientos hacia los robots. El primer posicionamiento sería de los que quieran colaborar de tú a tú con ellos, es decir de igual a igual, ya que creerán que juntos podremos mejorara el bienestar de humanos y robots. Un en segundo grupo estarían los que los rechacen por miedos y prejuicios (muchos de ellos inculcados a través de películas o novelas) que teman rebeliones y guerras totales entre humanos y robots y defiendan el tan temido “ataque preventivo” y por último en un tercer grupo estarían los que vean a los humanoides como los nuevos esclavos del S. XXI.

Apartadas estas suposiciones, lo cierto es que la filosofía es nuestra manifestación más clara de que queremos conocer, aprender y que tenemos curiosidad por el mundo que nos rodea. La filosofía es la sistematización de nuestra curiosidad, que busca pautas de análisis. Nos alejamos del mito y buscamos conocer la realidad desde sus mismas entrañas. Tampoco es raro pues ver como algunos videojuegos se usan como un observatorio de conceptos filosóficos y psicológicos y, por medio de nuestra experiencia como jugadores, reflexionar sobre ellos, sea en un contexto o fuera de él.

Las implicaciones filosóficas de la robótica

Videojuegos como The Talos Principle 2, que al igual que su primera entrega, se trata de un juego de puzles, sin disparos, ni siquiera esa dosis de habilidad que requieren otras propuestas amparadas en el mismo género, sólo pensar y disfrutar de su filosófica historia. Una historia que nos enseña que un robot puede ser un ser humano. También puede serlo un bebé probeta, un alma, un androide o un dragón. Puede ser humano incluso un ser humano. Porque lo que entiende como humanidad no es un principio metafísico incomprensible, sino un principio ético: hacer de tu vida un acto virtuoso tal que desearías que volviera a ocurrir infinitas veces.

Algo tan bello y perfecto que no te arrepentirías nunca incluso si eso borrara tu existencia de la tierra. Eso es lo que nos dice la gente de Croteam que es «ser humano». No sólo ser una persona más, sino la mejor versión posible de ti mismo.

The Talos Principle 2 es distinto a casi todo, sin dejar de recordarnos continuamente a distintos videojuegos, películas, libros y otras formas de ocio. Lo hace, en ocasiones, de soslayo, mientras que otras veces sus referencias resultan evidentes. De entrada, esta segunda iteración creada por la gente de Croteam se presenta como un juego de puzles y exploración en primera persona que rinde, en parte, homenaje a Myst. Simple y directo, dos mecánicas tan solo que tener en mente: descubrir y solucionar. ¿Suficiente para sostener un juego que dura más de 20 horas? Sí y no.

Por una parte, están los momentos de hartazgo al resolver decenas de puzles de laberintos que van añadiendo progresivamente nuevos elementos a la mezcla. Por otro, quiero volver a sentir ‘esa’ sensación al superarlos. Ese es uno de los secretos mejor guardados de la creación que protagoniza estas líneas, la sensación de realización al superar un rompecabezas que creías imposible. Cuando terminas un puzle te sientes casi todopoderoso, sobre todo cuando el juego te recompensa con multitud de secuencias de vídeo y tramos en los que avanza la historia.

¿Qué puede aportar un robot a la filosofía?

Dicho de otra manera. Nos sorprenderemos a nosotros mismos rememorando tal o cual prueba horas después de haber jugado y dando con la solución al día siguiente, y en algunas incluso recurriremos al siempre temido ensayo-error para dar con la solución… que algunas veces nos abrirá los ojos como si de una epifanía se tratara, y que en otras ocasiones incluso ni así nos permitirá descifrar el enigma.

Porque en The Talos Principle 2 no existen explicaciones de ningún tipo, siendo nosotros los que interpretamos las pistas que el equipo de desarrollo ha ido dejando. Esto es así con los puzles, que nos enseñan a través de la práctica los secretos de sus mecánicas, pero también con la historia, que se va descubriendo a medida que nos vamos abriendo paso. Al final, el título de marras consigue engancharnos con su propuesta gracias a la sensación de realización continua. El mundo de juego es grande e intrincado, y tardaremos mucho en descubrir todas sus zonas, pero más aún en desgranar los múltiples secretos que esconde.

Son muchas, muchas horas de juego (tantas que no hemos conseguido encontrar todo), las que nos llevará comprender por completo la trama de esta propuesta. Una propuesta que explota lo cerebral y lo sentimental en perfecta comunión.

Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de Xbox Series X|S facilitada por Cosmocover.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí