Seven Doors

El simbolismo de las puertas han sido motores fundacionales de la historia de la humanidad.

¿Qué se esconde detrás de una puerta? La pregunta es capciosa porque presupone que, como la puerta cierra un paso, ha de esconder por correlación lógica algo. Y como esconde «algo», ese algo ha de tener valor, puesto que sólo hay dos cosas que se escondan, las que avergüenzan y atormentan y las que subliman y enriquecen. La puerta es, entonces, esa lámpara maravillosa que promete todos los tesoros o todos los infiernos a un mismo tiempo. En definitiva, ¿qué hay más literario que tener que hacer frente a esa disyuntiva, a ese golpe de suerte que ha de conformar para siempre nuestro destino?

Dicho de otra manera, detrás de cada puerta se esconde un misterio, y juegos como Seven Doors giran en torno a los misterios que esconden las puertas, ofreciéndonos un juego de rompecabezas en primera persona. Un juego en el que tendremos que resolver acertijos, descifrar lenguajes secretos y sobrevivir a trampas mortales en siete ambientes diferentes llenos de misterio y enigma.

The Rooms Escape

Las actividades de ocio siempre son bienvenidas en cualquier rincón, y más aún, cuando se trata de acciones en las que prima el aspecto social y la interacción directa entre personas, dejando a un lado las nuevas tecnologías y las pantallas de ordenador o los videojuegos. Es precisamente por ello, por lo que los escape room cada vez cuentan con mayor popularidad. Una sala, un tiempo determinado, un equipo y pruebas, muchas pruebas, para las que habrá que agudizar el ingenio y la lógica.

Seven Doors bebe de este concepto, puesto que se trata de un juego en el que intervienen múltiples variantes (dificultad, objetivos de aprendizaje, tema y espacio, materiales, evaluación…). Y de acuerdo con todo ello, se combinan instrumentos de recogida de datos tanto cualitativos como cuantitativos que nos permiten recoger información de la experiencia y en torno a los cuales se puede reflexionar.

¿Qué hay tras la séptima puerta?

Ignoro por completo si a ti te ocurre lo mismo, pero una de las cosas que más dispara mi curiosidad es un buen rompecabezas, y ya si hablamos de un videojuego que se entregue por completo a ellos, ya ni os cuento. Es un género que, sin tener demasiados contendientes de perfil alto, está lleno de auténticas joyas ocultas que en ocasiones puede ser un poco difícil de encontrarse.

Porque más que un escape room, que también lo es, Seven Doors es una obra en la que vivimos el juego desde una perspectiva en primera persona resolviendo puzles. Puzles basados en mecánicas lógicas y otros en la perspectiva y la percepción del escenario. Y es que la propuesta que nos ocupa funciona con un patrón de diseño: te encuentras con un desafío, lo intentas, fracasas, lo intentas de nuevo, te das por vencido. Apagas el juego y te vas a hacer otra cosa. Vuelves al rato al puzle. Antes de tres intentos consigues la solución. Y desde luego ese sentimiento de haber encontrado la respuesta o de haber dado con el patrón adecuado es maravillosa.

En resumen, Seven Doors es un juego que no se anda con medias tintas y en el que no hay dos rompecabezas iguales. Así que, si os gustan los puzles, os vais a encontrar ante un juego bastante entretenido, con un montón de retos en los que tendremos que rompernos la cabeza para salir victoriosos. Convierte el juego en una batalla intelectual entre diseñador y jugador.

Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Xbox Series X|S facilitada por SOEDESCO.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí