Froggie

Provisto de un arte particular que no ha envejecido, Super Meat Boy es un plataformas para especialistas, un juego que exige cierta concentración y empeño para sacarle todo el jugo, aunque con una curva de aprendiza bien ajustada y unos controles sencillos que nos permitirán concentrarnos en lo que realmente importa: tempo, reflejos, y algo de memoria que iremos desarrollando con cada muerte, que luego se nos recordará cómicamente en una genial pantalla de replay en el que veremos todos nuestros intentos de completar la fase, al mismo tiempo.

Es un juego agradecido con tu tiempo, ofreciendo una experiencia finamente destilada en más de 300 niveles que resultan cortos y rápidos, pudiendo explorarlos a tu ritmo, a ratos o en largas sesiones, según tu disponibilidad y preferencias.

En otras palabras, hay algo muy satisfactorio en superar niveles en este juego, que tiene mucho que ver con un extraordinario diseño de niveles y un gran sentido del movimiento, el salto y la inercia, todos los elementos primordiales de un plataformas que se inspira en los grandes clásicos atemporales como Mega Man, Ghost and Goblins y o Super Mario Bros

Dicho esto, lo hemos visto en muchos casos: a veces un juego (o un grupo de juegos en las mismas fechas) son tan influyentes que sientan las bases de un estilo, un diseño o desarrollo. No es necesario que innoven: simplemente basta con tomar algunos géneros, dar la vuelta o llegar a niveles de calidad que pongan un nuevo listón. Tenemos los metroidvania, en honor a Metroid y Castlevania, Resident Evil bautizó su mezcla de acción y terror con el survival horror, y Edmund McMillen, artista y diseñador con una vida dura dentro de una familia disfuncional, asolada por las drogas y el alcohol, sentó cátedra hace más de una década con Super Meat Boy

Desde entonces, multitud de plataformas 2D beben de sus señas de identidad, y es complicado no encontrar guiños a este en lanzamientos como Froggie – A Retro Platformer, un juego de desplazamiento lateral con gráficos en blanco y negro en el que debemos atravesar 100 complicados niveles en la piel de una rana antropomórfica.

Frenesí y acción plataformera

El planteamiento general de esta obra es muy sencillo. A través de una serie de mundos divididos en diversas fases tenemos que tratar de llegar al final de la misma, ni más ni menos. Unos niveles, eso sí, que son auténticos infiernos y que ya desde la décima o undécima fase las cosas se ponen realmente complicadas, alcanzando tintes épicos en algunos niveles.

El control es de lo más simple. Corremos, brincamos y nos deslizamos por las paredes en la piel de una ágil rana Froggie. Poco más. Un manejo muy sencillo y, lo más importante, realmente preciso, siendo una auténtica gozada en ese sentido. Pero claro, los niveles están plagados de todo tipo de enemigos, obstáculos, precipicios y trampas que pueden acabar con nosotros de un plumazo. Y creednos, lo hacen… ¡una y otra vez! En cada partida lo normal es perder la vida cada pocos segundos. Reíros de juegos tipo soulslike porque en este sentido estamos ante una obra todavía menos “permisiva”.

De hecho, muchas veces es necesario memorizar cada tramo del escenario y practicar la clásica técnica del ensayo y error para tratar de dar con la trayectoria o el camino que debe seguir nuestro personaje para evitar la muerte. Pero claro, una cosa es saber lo que tienes que hacer y otra tener la habilidad suficiente para lograrlo… Sí, a lo largo de los niveles podrás tocar banderas o atravesar puertas para establecer nuevos puntos de control. Pero no te preocupes mucho, puesto que eso no facilita necesariamente llegar al final de la meta.

Como en los viejos tiempos

Por lo demás, lo hemos pasado muy bien (dentro de su exasperante nivel de dificultad) tratando de superar los retos que propone Froggie – A Retro Platformer, algunos de ellos tan brutales que creemos que hemos perdido varios años de vida. Sin duda es un título dirigido a un sector de jugadores muy concreto, los cuales seguramente disfrutarán mucho con todo lo que les ofrece esta obra. Es un muy buen título plataformero de jugabilidad 2D y elevada dificultad.

Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de Nintendo Switch facilitada por Eastasiasoft.

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