Fading Afternoon

La Yakuza es uno de los elementos más significativos y reconocibles de la cultura e idiosincrasia japonesa, como también lo son las geishas, el anime, el sushi o los samuráis. 

Su fama y reconocimiento es la causa de su amplia y frecuente representación e interpretación en todos los ámbitos culturales, partiendo desde un género propio en el cine con sus particulares subgéneros hasta aparecer como tema principal en libros, mangas, series de animación o videojuegos dentro de géneros como el drama o la acción e incluso la ciencia ficción. Es importante comprender cómo la Yakuza influye en la sociedad y cultura japonesas y cómo es representada a través de estos medios culturales, a través del cine y los videojuegos, una de las principales fuentes de representación de esta organización del crimen que incluso se ve afectada por la misma.

Videojuegos como Fading Afternoon, una obra desarrollada por Yeo y distribuida por Tesura Games en la que encarnamos el papel de Seiji Maruyama, un yakuza de mediana edad que acaba de salir de prisión y se enfrenta al desafío de reconstruir su vida mientras la sociedad y él mismo están cambiando con los años. Conocido también como «Gozuki», Seiji debe aprender a equilibrar la violencia tradicional de su oficio con los aspectos más contemplativos y personales de su día a día, explorando una ciudad que se siente viva y una historia con una cultura fascinante, pero llena de contradicciones.

Fading Afternoon – Uncensored Edition está disponible para Nintendo Switch desde el pasado 25 de julio

Dicho de otra manera, Fading Afternoon es una experiencia visualmente vistosa que se adentra con inteligencia didáctica en los aspectos culturales de la sociedad nipona para hacernos comprender mejor las características que definen a todos los personajes involucrados. Tanto es así que el magnetismo de las imágenes resalta el trasfondo de una ciudad disonante en sus encantos donde conviven con total normalidad la sordidez con la candidez.

El método yakuza en Fading Afternoon

Lejos de resultar condescendiente , el guion consigue introducirse en el espacio reservado a aquellos que tratan a los jugadores como adultos capaces de reflexionar sobre temas serios, y lo hace además por la puerta grande. Decir que este es un juego para todo el mundo puede resultar chocante para algunos, pero he aquí una de las mejores demostraciones de que el videojuego nos proporciona herramientas capaces de relacionarnos de una manera más directa con nuestro avatar, y sobre todo de que los temas que requieren de una reflexión profunda son también aquellos que nos tienen que tocar más de cerca, que nos hacen reflexionar sobre quiénes somos y por qué sentimos lo que sentimos. 

Fading Afternoon nos habla cara a cara de la pérdida, pero también de todo lo que ganamos por el camino; reflexiona sobre el sufrimiento que conlleva nuestra propia existencia, pero lo hace mediante conceptos que, por cercanía, todos podemos entender; y dialoga con nosotros sobre la soledad y cómo las personas que encontramos en nuestro camino pueden hacer que se tambalee nuestro mundo.

Tampoco podemos dejar de comentar lo bien hiladas que están las turbias relaciones que se establecen entre la yakuza y los poderes fácticos de la sociedad. Otrora, la organización criminal tenía sus tentáculos bien metidos en los medios de comunicación, en la policía e incluso en los poderes políticos. Y pese al paso del tiempo así como el cambio de poder, esto hace muy, pero que muy complicada la integración de Seiji Maruyama y de alguna manera tiene su consecuencia lógica en un gran final, que viene a presentar la única manera de luchar contra la yakuza y como se vive el código de honor propio del país del sol naciente.

Incluso en aquellos momentos en que el juego parece flaquear, en los que el tono del juego baila entre una aventura conversacional adulta, en la que tratamos de conectar con nuestro personaje, y un yo contra el barrio, no se desvía ni un milímetro de su cometido. Después de todo, donde otros optan por introducir elementos más convencionales, Yeo se hace fuerte en su convicción, en lo que quiere contar y en cómo quiere hacerlo. Puestos a ponernos exquisitos, es posible que los combates no acaben siendo todo lo estimulantes que a uno le gustaría, ya que a pesar de ofrecer un buen espectáculo visual, con animaciones fluidas y un sentido de la violencia, su ejecución deja algo que desear.

La decadencia del miedo

Llegado a cierto punto, uno podría preguntarse qué convierte a Fading Afternoon en un juego. ¿La experiencia lúdica de explorar la historia de una forma no convencional? ¿El simple hecho de no ser literatura o cine? ¿Es una decisión del creador elegir cómo engatusar al jugador?

Si bien Fading Afternoon no es la primera obra en utilizar el videojuego como vehículo para narrar (mucho menos presume de serlo), es sin dudas una muesca más que memorable en ese muro de prejuicios que los videojuegos intentan derribar para ser tomados en serio. Quienes se sumerjan en Fading Afternoon para ver un retrato muy documentado sobre la yakuza, podrán juzgar si sus creadores logran cumplir esas metas.

Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de Nintendo Switch facilitada por Tesura Games.

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