Hablar de Howard Phillips Lovecraft es hablar de ficción y horror. Más de 120 años después, su legado es tan importante que incluso a día de hoy se pueden encontrar elementos suyos en videojuegos y películas. Tal es así que el terror que tanto ha profesado este escritor ha servido de base para la creación de diferentes universos que han puesto de manifiesto la insoportable insignificancia de nuestro ser en el vasto cosmos, pues después de todos somos como una brizna de hierba que se debate inútilmente contra el poderoso viento del norte. Uno habitado por seres antiguos y abominables que nos han dejado al borde de la locura.
Pero su obra va mucho más allá de eso, ya que ofrece infinitas posibilidades de continuidad. Una continuidad que Superlumen, un estudio de desarrollo independiente con sede en Murcia, ha querido llevar a cabo con Desolatium: Prólogo, una experiencia que da el pistoletazo de salida con la Matanza de los Inocentes del infame Rey Herodes y en la que tomamos el control de Samara, una joven que ha perdido a su bebé y que de repente despierta frente a un pueblo que nos resulta familiar en la actualidad, lo que es suficiente para provocar cierto desconcierto.
El resto, como se dice, es un enfrentamiento con los límites del racionalismo y del determinismo que probablemente marque el camino de Samara en su viaje a un mar inescrutable.
Terror español en estereoscópico
La estereoscopía o fotografía estereoscópica es una técnica capaz de hacer la ilusión de una tercera dimensión y de profundidad parecida a la que percibimos con la ayuda de nuestros ojos. En otras palabras, es una visión que aporta una sensación de inmersión y que aumenta el realismo y la percepción de las imágenes. Por medio de esta recolección de información visual, la gente de Superlumen ha querido ofrecernos con este Desolatium: Prólogo un conjunto de decorados que resultan familiares y desconcertantes al mismo tiempo.
Familiares porque detalles como una plaza rodeada de antiguas casonas y angostos portales cuya belleza hubiese pasado desapercibida por el bullicio constante de sus habitantes, aportan una percepción de haber estado allí en un pasado muy cercano. Una percepción que uno siente al estar en casa. Desconcertantes porque la inclusión de elementos visuales como un cielo inhóspito aporta un grado de incertidumbre que nos hace reflexionar sobre nuestros miedos. Un miedo que se hace especialmente manifiesto por culpa de una cantidad de sonidos sombríos que suceden dentro de un contexto determinado y que enrarecen un ambiente amparado en la toxicidad.
Nuestra paciencia bajo el terror
Con la miel en los labios, Desolatium: Prólogo introduce el miedo o, más propiamente dicho, el horror cósmico, en virtud de una obra point-and-click que reivindica una existencia fuera del entendimiento racional. Si bien, la presente nota introductoria que nos propone los elementos de una problemática inicial nos obliga a seguir viviendo resignados a una ceguera que nos mantiene a salvo, a un desconocimiento necesario para seguir existiendo y para recuperar lo que se había perdido.
Ahora bien, si la próxima obra del estudio murciano hace un mayor énfasis en el desarrollo de rompecabezas, es posible que pueda empujarnos más si cabe a un abismo lleno de desesperación y dolor, entre el orden y el caos, entre la vida y la muerte.
Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital en PC facilitada por Superlumen.