Brain Show

Los concursos televisivos de preguntas y respuestas existen prácticamente desde que la tele es tele, pero fue a partir de la década de los ochenta, con la «caja tonta» alzándose como el medio de comunicación audiovisual por antonomasia, cuando alcanzaron su pico de mayor popularidad.

La relación televisión-familia y el contenido lúdico de los concursos sirvieron, por tanto, para entender al entretenimiento televisivo como una fórmula con la que invertir el tiempo libre. La televisión pública se alzó como el medio principal en la difusión de ocio a través de una oferta basada en el efectismo de los concursos y programas de variedades. Más tarde, con la llegada de las cadenas privadas, estos concursos apostaron por nuevas fórmulas, más modernas y con premios aún más jugosos, para enganchar al espectador. Hoy en día, todavía representan un pilar fundamental en la programación de las cadenas y en el día a día de millones de personas.

En resumidas cuentas, los concursos de preguntas y respuestas de televisión son un formato ganador. Son entretenidos, emocionantes y, por qué no, nos enseñan cosas que no sabíamos. Y es la excusa perfecta para competir desde casa por ver quién sabe más o está más puesto en según qué temas de cultura general. También los hay en formato juego de mesa. Y como no podía ser de otra manera, en consolas y PC hay muchos juegos de preguntas y respuestas con los que ponerte a prueba. En solitario o contra otros jugadores online.

Un ejemplo de ello es Brain Show, un juego de preguntas y respuestas aderezado con algo de humor malo, pero inofensivo. Un juego en el que su presentador nos sumerge en el mundo de los concursos clásicos con varias categorías en su haber y una competitividad fuera de toda duda.

Quiz Show. El dilema

Por lo demás, como el juego se basa en un concurso televisivo de tantos que hemos visto, las reglas son tan sencillas que cualquier persona puede entenderlas sin necesidad de mucha explicación. Básicamente es un “combate a muerte” en el que los diferentes participantes van acumulando puntos con cada acierto, o dinero en el caso del programa televisivo real (perfecto para los chavales, eh). Cuando un concursante falla cualquier pregunta esta «rebota» al rival, que tiene así la oportunidad de llevarse los puntos si acierta y quedarse de paso con el turno de preguntas, para ir acumulando todavía más puntos.

Existe la posibilidad de que el participante de turno rete a su rival a contestar la pregunta en curso, doblando o hasta cuadruplicando los puntos que puede llevarse si los otros fallan, pero arriesgándose a que se lleven todo el bote en caso de acertar. Si no hay contestación por ninguna de las partes entonces se llega al «reto físico» («intelectual» en el caso de este programa), donde todos los puntos en juego quedan a disposición de la pareja que logre superarlo. O de la contraria, en caso de no lograrlo.

Llegados a este punto sobra decir que lo divertido es jugar dos personas en Brain Show, porque ya hemos comentado que la fase de preguntas sirve para poner a prueba muchos conocimientos sobre cultura pop, en especial de esa época en que tu mayor preocupación en la vida era no poder hacerte tres pajas en un día y tener que conformarte con solo dos. Y encima sin poder recurrir a Internet como estimulante.

Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de PC facilitada por Simplicity Games.

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