Siempre que un concepto evoluciona en los videojuegos hay algo que se pierde. Y, en ocasiones, es necesario volver a la esencia para recordar lo que implica. Uncharted entendió perfectamente lo que tenía que hacer para que comprendiéramos, una vez más, el significado de la palabra ‘aventura’.
Porque cuando un videojuego se pregunta a través de su propia narrativa si es más importante el viaje que el viajero, lo normal es que termine por centrarse en el proceso y no en la persona. Uncharted, en cambio, cuestionó esas mismas bases y llegó a convertirse en el protagonista de su propio camino al tomar de la mano ambos conceptos; porque el viaje carece de significado alguno sin la persona que lo protagoniza.
La franquicia de Naughty Dog es la prueba viviente de que, en muchas ocasiones, un videojuego puede aspirar a ser más que la suma de sus partes. Uncharted es más que Nathan Drake (su protagonista) y los rincones del planeta que explora. La saga se ha convertido con el paso de los años en una bonita metáfora del significado de aquel dicho: ‘’Lo importante es el camino’’.
Es curioso como, aún siendo un claro heredero de Tomb Raider y aún inspirándose en Lara Croft, Uncharted y Nathan Drake han acabado influyendo y siendo una referencia para el renacer de la famosa arqueóloga. Qué duda cabe de que, sin Uncharted: El Tesoro de Drake, el reboot de Tomb Raider (2013) hubiera sido muy distinto. Quizás ni se habría producido. Cuando Naughty Dog arrancó sus saga, Lara apenas sobrevivía a base de Tomb Raider Anniversary y entregas ancladas en el pasado, sin grandes resultados ni de ventas ni de crítica (Tomb Raider Legend, 2006, y Underworld, 2008).
En Crystal Dynamics, aún reivindicando que su juego también es único y especial, con personalidad propia, nunca han tenido problemas a la hora de reconocer la influencia de Uncharted en el renacer de Lara. Porque Tomb Raider: Definitive Edition (2013) tiene todo lo que se podría esperar de una superproducción multimillonaria bien parida: son interesantes por ritmo y por diseño, por cómo se aprovechan los espacios naturales o las construcciones humanas reconquistadas por la naturaleza para dar pie a utilizar, por ejemplo, el pico, una herramienta que podrás utilizarla para forzar las cerraduras de puertas, taquillas, baúles y sobre todo para romper cajas de madera que contienen restos.
Ha nacido una superviviente
Dicho de otra manera. Tomb Raider: Definitive Edition (2013) es aventura en el sentido más clásico de la palabra, el que nos evocan a las historias que conectan las edades moderna y contemporánea con todos esos periodos históricos del pasado y todo su misticismo. Aventura de la que te guarda una sorpresa al doblar cada esquina, de tesoros perdidos, ciudades legendarias y paisajes increíbles. Este nuevo comienzo para la franquicia que introdujo una versión más joven e inexperta de Lara Croft, centrándose en su historia de origen, es lo más parecido a una aventura de acción y plataformas que tienen como espina dorsal la búsqueda de tesoros legendarios, normalmente motivadas por asuntos personales que llevan a los personajes a dejarse la piel en la tarea.

Con un gunplay muy satisfactorio, y, en general, un sistema de control increíblemente eficiente e intuitivo que convierte el juego en una experiencia fluida, cinemática y satisfactoria para el jugador. Con escenarios muy bien pensados para poder balancearnos de un lado a otro, caer en medio de un puñado de paredes en ruinas que usar como cobertura y disparar a un par de enemigos, justo a tiempo para volver a saltar y evitar una granada. No nos quedamos con el mismo arma durante demasiado tiempo, agotamos la munición y corremos disparando las últimas balas del arma de mano para coger el fusil de un enemigo caído.
Dinamismo y espectacularidad, esos son los objetivos que mejor describen a la franquicia. Después de todo, la aventura que nos ocupa, así como las que siguieron a posteriori hasta completar la trilogía, se definen por su fluidez y acierto en el ritmo. En la mayoría de las ocasiones, las distintas secciones del juego están perfectamente medidas para dar al jugador los altibajos necesarios, para no saturar. Pasamos de un paseo tranquilo amenizado con la charla de dos personajes a una sección más “tranquila” de plataformeo que nos lleva hasta una fascinante cámara o edificio en ruinas, dándonos algo de tiempo para la contemplación. Pero no demasiado, no tardaremos en vernos envueltos en un violento tiroteo, y probablemente, poco después, arrastrados a una vertiginosa persecución.

La influencia de Uncharted en el renacer de Lara
Al final del día, Tomb Raider: Definitive Edition (2013) ofrece mucho. Y aunque esta versión para las consolas de Nintendo deja mucho que desear frente a sus hermanos mayores, ofrece más que otros de su estilo, pero también más de lo que uno esperaría de la saga que nos ocupa y su cambio de rumbo. Me ha sorprendido la habilidad de Crystal Dynamics para crear una historia de aventuras que, como las grandes historias de aventuras, no va de ciudades perdidas y leyendas fantasiosas, sino de temas tremendamente inmediatos y humanos y que nos dicen algo sobre nosotros mismos, y quizá sobre las personas que han hecho el juego y sus inquietudes y preocupaciones.
Aun con todo, tan solo nos queda una pregunta por hacernos: ¿cuál es el futuro de la saga Tomb Raider? Por ahora no tenemos mucha información al respecto, y si nos fijamos en el trabajo que ha estado realizando Crystal Dynamics a lo largo de los últimos años sacamos en claro que se han focalizado mucho en otros menesteres. Puestos a pedir, nos gustaría que la fórmula jugable y su planteamiento volvieran un tanto a sus raíces, presentando una protagonista fuerte, característica e inolvidable en su mejor versión hasta la fecha.
Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de Nintendo Switch facilitada por Sandbox Strategies.
























