Skies Above

Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha perseguido el conocimiento y el avance. El descubrimiento del fuego queda en nada comparado con la amplia red de comunicación que tenemos en la actualidad o con las mejoras existentes en el campo de la medicina. Generalmente, asociamos estos hitos a eventos más o menos positivos, pero no es menos cierto que el progreso no siempre ha transitado por la senda del bien.

Sin ir más lejos, los períodos de guerras se han caracterizado por grandes avances, no sin pagar un coste elevadísimo​ en lo que a vidas se refiere​. De la misma manera, ahora ya adentrándonos en el terreno de la ficción, se tiende a retratar a una humanidad sin escrúpulos a la hora de aprovecharse de cualquier otro ser que ose poner un pie en nuestro planeta, con independencia de cuáles sean sus intenciones. Y este último ejemplo también protagoniza el videojuego que nos ocupa.​

En este caso, Skies Above nos propone ser un resquicio de pureza de la humanidad para salvar a un ser muy especial. Y todo bajo la frenética mirada que nos brinda HungryDingo.

La responsabilidad de quien pone rumbo al espacio

A partir de una sencilla y sintética introducción en forma de escena​, Skies Above nos presenta el contexto del juego. Poniendo en entredicho el “buen” hacer de los humanos, nos deja a cargo de un leviatán, un ser místico de gran tamaño, proveniente​​ del espacio exterior, pero cuyas intenciones solo están centradas en procurar la subsistencia de su especie sin alterar otros hábitats.​ Sin embargo, ahora, varado en un planeta que se ha vuelto hostil, su único deseo es alejarse lo máximo posible para seguir asegurando su supervivencia.

Es ahí donde empieza nuestro periplo a lomos del leviatán. Para ayudarlo a abandonar la Tierra –y, sobre todo, olvidar sus egoístas habitantes–, nos embarcamos en un crucero aéreo con el espacio como puerto final. Así, nos enfrentamos a incontables robots creados a partir de la tecnología del extraterrestre pero programados para atacar al gigantesco ser vivo, en un afán de devolver, por poco que sea, el equilibrio al universo. Unos enfrentamientos caracterizados por la velocidad de reacción y por el frenesí de vencer rápidamente a las innumerables hordas que nos atacan, con la sola ayuda de saltar de robot en robot para destruirlo desde dentro.

Organizado por partidas únicas​ en las que contamos con una sola vida, Skies Above no nos ofrece la opción de continuar tras el fin de la partida ni de guardar en ningún punto. Aun así, dentro del gran nivel que supone iniciar la partida, sí se atisban una suerte de subniveles, distinguidos por las distintas capas de nubes superadas y en los que se observa un aumento progresivo de la dificultad. Esto se traduce en un mayor número de enemigo​s, cada vez más agresivos, y en una mayor longitud del trayecto, consiguiendo que el juego de HungryDingo no resulte en un paseo por el parque.

Un largo trayecto

Para paliar la frustración que​ puede suponer iniciar una y otra vez el recorrido y repetir el mismo modus operandi sin sensación de avance, Skies Above nos brinda una serie de potenciadores, temporales o definitivos, para animarnos a seguir intentándolo al mismo tiempo que pulimos nuestra técnica. Entre ellos encontramos un robot que nos ayuda a vencer a los enemigos (y que tiene sus propias mejoras), unos peces que debemos pescar y cuyo efecto dura únicamente un trayecto y, en su vertiente más duradera, una especie de árbol de habilidades que​ desbloqueamos con unos puntos obtenidos tras cada partida.

La estructura del juego posibilita que podamos echar partidas cortas, especialmente al principio cuando todavía no contamos con el abanico de posibilidades que facilita el avance. No obstante, la duración​ aumenta gradualmente al mejorar las estadísticas del leviatán, tales como la vitalidad o la fortaleza, así como al ​dotarlo de mecanismos de defensa que se activan aleatoriamente.

Cabe destacar que en los primeros compases de Skies Above, los controles se antojan un tanto confusos, sin acabar de comprender cuántas veces se puede saltar en el aire ni cómo hacerlo como queremos o qué sentido tiene volver rápidamente a la superficie del leviatán. Por suerte, a medida que seguimos jugando, conseguimos hacernos a los mandos, hasta tal punto de llegar a crear una estrategia para optimizar el tiempo y ritmo de los ataques.

El poder de echar una mano

Tras un período de adaptación que supone hacerse a las mecánicas, Skies Above se convierte en un juego que roza lo adictivo, porque con cada partida logras, por lo general, avanzar unos metros más. Esta pequeña recompensa hace que lo quieras volver a intentar una y otra vez, sobre todo cuando ya se consigue acceso a todas las habilidades y las mejoras suponen un viaje sustancialmente más cómodo.

Sin una duración aproximada, ya que depende de cuánto se nos resistan los robots hostiles –aunque os aseguramos que llegar a la meta final consumirá unas cuantas horas–, Skies Above es un camino hacia la redención, surgida de una causa en la que, realmente, no hemos participado. Aun así, sentimos la deuda de hallar una solución justa para un ser que no tiene la culpa de las malas acciones ajenas.

Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Nintendo Switch facilitada por Flynn’s Arcade Publishing.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí