Es un lugar común inevitable, pero muy cierto: el lenguaje de los videojuegos ha evolucionado según lo iba haciendo también la tecnología que sustenta al medio. No hablamos solo del obvio apartado gráfico y visual, sino también de las mecánicas, de los propios modos de juego. Por ejemplo: no es casualidad que muchos de los primeros arcades no tuvieran un final concreto, sino que su dificultad aumentaba progresivamente hasta que el jugador, que no podía grabar partida (pero sí “comprar créditos”), era eliminado.
Tampoco es extraño entender cómo y por qué surgieron las aventuras de texto, a las que llamaremos también indistintamente aventuras conversacionales o ficción interactiva, aunque también cada término tiene sus connotaciones (esencialmente son intercambiables, pero la ficción interactiva se centra en la narración y en la multiplicidad de posibilidades salidas de la historia -es decir, las últimas encarnaciones de las aventuras de texto-, mientras que las aventuras de texto propiamente dichas son más primitivas, con puzles y pruebas intercaladas en medio de una narrativa más tradicional o literalizada).
En los tiempos en los que los gráficos de los juegos eran un mero testimonio, bien unos puntos en el espacio digital para que la imaginación del espectador los uniera a su antojo, bien prodigios de síntesis y abstracción que no pretendían ser ni remotamente realistas, a alguien se le ocurrió que, quizás, en ese recién nacido mundo del entretenimiento interactivo los gráficos eran, de hecho, un elemento completamente accesorio.
Es una idea que tiene cierta lógica, al re-emparentar del todo los videojuegos con la literatura, y devolver a ésta un componente interactivo que siempre ha tenido y en el que aquí, obviamente, no vamos a entrar. Si bien, de un tiempo a esta parte, existe una escena que va mucho más allá de los límites clásicos del género. Desde dramas cotidianos a homenajes a la novela negra, se dejan contaminar por la fascinante escena de las visual novels japonesas y se ven a sí mismos como una prolongación madura de aquellos tiempos en los que atacaba el grue en plena oscuridad. Pero de una riqueza y complejidad inabarcables.
Una máxima que también se aplica en YOUR HOUSE, un juego de misterio que combina la lectura con puzles interactivos, sumergiendo a los jugadores en un thriller cautivador.
La realidad y la ficción: la agencia del arte
Aunque la historia del juego es más compleja de lo que parece, lo cierto es que la premisa argumental es tan escueta como llamativa, ya que el jugador se pone en la piel de una adolescente que, por azares del destino, recibe una postal con una llave y una dirección impresa. Con algunas dudas en su haber pero sin nada que perder, Debbie se marcha de la escuela en dirección a la casa, donde le esperan un buen puñado de misterios que se verá obligada a resolver. Misterios que prometen desafiar las expectativas sociales y que ponen de manifiesto la desigualdad de género, un factor clave de la pobreza y que menoscaba gravemente los derechos de las mujeres.
Al final, YOUR HOUSE nos enseña, entre otras cosas, que la justicia de género no es únicamente garantizar derechos fundamentales. También se trata de garantizar medios clave para lograr sociedades más justas y, así, erradicar un mal endémico que nos persigue desde tiempos inmemoriales. Y todos y todas tenemos un papel fundamental que desempeñar para lograr que esto sea una realidad.
Una experiencia de papel y boli
Esta expresión se suele emplear cuando uno se pone a los mandos de un videojuego y al cabo de unos minutos se encuentra con una serie de puertas bloqueadas, objetos que nadie sabe para qué sirven y algún que otro rompecabezas. Pues bien, prácticamente cualquier otro título que se haya definido de tal manera queda en anécdota si se compara con YOUR HOUSE, un juego en el que es prácticamente imposible avanzar sin tomar anotaciones a menudo.
Por ejemplo, hemos dicho que el juego se ambienta en una casa, ¿verdad? Pues bien, en los escasos minutos que hay desde la introducción hasta tomamos las riendas ya es necesario hacer un par de deducciones. Una breve muestra de lo que nos espera dentro, que no es otra cosa sino un gigantesco rompecabezas formado por decenas de pequeños —y no tan pequeños— acertijos.
Una de las cosas que más nos ha gustado de YOUR HOUSE es la variedad de dichos puzles, ya que no se limitan a encontrar una combinación o a presentar el clásico juego de bloques que debemos ordenar para formar una imagen. En su lugar, lo que realmente hace de YOUR HOUSE un título muy especial es la manera en la que combina los rompecabezas con algunos de los elementos habituales en la vertiente más añeja del género survival horror.
Lo que queremos decir es que no solo debemos tomar anotaciones sobre pistas o detalles que consideremos que pueden ser la clave para resolver un puzle; también es preciso dejar constancia de numerosos elementos que ni siquiera sabemos de qué modo podrían ser de ayuda en el futuro. Entramos a una estancia, vemos que hay múltiples caminos y cada uno de ellos se ramifica en otros tantos. Y cada dos pasos, un acertijo. Sin ir más lejos, durante nuestra partida hemos apuntado cosas como “habitación derecha mecanismo ?, sótano dibujo estantería”, además de adjuntar alguna que otra foto captura de pantalla para consultarla más adelante.
Estamos convencidos de que cualquier amante de los videojuegos de puzles quedará extasiado con la experiencia que el título de PATRONES & ESCONDITES pone sobre la mesa, pero también creemos que los amantes de las aventuras tradicionales se sentirán atraídos al ver que la propuesta es muy similar, poniendo de manifiesto los acertijos, una libreta y un bolígrafo.
Este análisis ha sido realizado gracias a una clave digital de iOS facilitada por PATRONES & ESCONDITES.